Karina Gual es farmacéutica y coordinadora del Servicio de Farmacia en el Hospital del Bicentenario de Ituzaingó, que se puso en marcha el miércoles 5 de agosto para atender pacientes con COVID-19 y que, tras la pandemia, funcionará como un hospital general. Junto con su equipo se ocupan de la gestión de la farmacia automatizada, una máquina que permite procesar la solicitud de medicamentos de manera más eficiente. El dispositivo es el tercer equipo robotizado de esas características en el sistema de salud bonaerense y uno de los cien que hay en toda la región.
¿Cómo funciona el dispositivo?
En nuestra área de trabajo (ubicada en la planta baja del hospital) recibimos las prescripciones médicas vía web; luego el equipo de farmacéuticos aprueba o no las prescripciones. Una vez que la orden es autorizada, el pedido es procesado en la máquina, que en su interior cuenta con un carrousel por donde circulan las monodosis. Cada solicitud es recepcionada en una pequeña caja azul de acuerdo a la prescripción solicitada para determinado paciente.La operación es complementada por otro equipo de trabajo que busca constatar los datos clínicos del paciente -nombre, apellido, fecha de ingreso a la unidad sanitaria-; es decir los datos de rigor que nos permiten hacer una hoja de ruta de la internación.
¿Qué ventajas incorpora la gestión de farmacia automatizada?
La máquina de farmacia automatizada facilita el trabajo, permite hacer un control de stock de medicamentos, a su vez facilita la elaboración de estadísticas, porque nos provee de información en tiempo real. Pero, el aporte clave de la farmacia automatizada es que aliviana el trabajo físico; de esa manera el equipo puede destinar parte del tiempo ahorrado en lo que implicaba la búsqueda de la caja o el medicamento -una tarea engorrosa cuando se cuenta con un stock muy alto- para concentrarse en otras tareas.
¿Hay mecanismos de gestión similares en nuestro sistema de salud?
En provincia de Buenos Aires solo hay dos máquinas semejantes a la nuestra. A nivel regional, en toda el área sudamericana, hay cien unidades de gestión de farmacia automatizada. En Europa es más usual trabajar de esta manera en el segmento farmacéutico hospitalario. Creo que la máquina ayuda a disminuir el margen de error y ese aspecto siempre es bienvenido en la labor que realizamos.
¿Y en el actual contexto de la pandemia, qué aporta?
Hoy en día el ingreso y egreso de pacientes tiene otra velocidad y en ese sentido la farmacia automatizada colabora en acortar tiempos y achicar el margen de error.
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